Capítulo 51
1 Quiero darte gracias, Señor y Rey, y alabarte, Dios, mi salvador. Yo doy gracias a tu Nombre,
2 porque tú has sido mi protector y mi ayuda, y has librado mi cuerpo de la perdición, del lazo de la lengua calumniadora y de los labios que traman mentiras. Frente a mis adversarios, tú has sido mi ayuda y mes has librado,
3 según la grandeza de tu misericordia y de tu Nombre, de las mordeduras de los que iban a devorarme, de la mano de los que querían quitarme la vida, de las muchas aflicciones que padecía,
4 del fuego sofocante que me cercaba, de las llamas que yo no había encendido,
5 de las entrañas profundas del Abismo, de la lengua impura, de la palabra mentirosa,
6 y de las flechas de una lengua maligna. Mi alma estaba al borde de la muerte, mi vida había descendido cerca del Abismo.
7 Me cercaban por todas partes y nadie me socorrías, busqué el apoyo de los hombres y no lo encontré.
8 Entonces, me acordé de tu misericordia, Señor, y de tus acciones desde los tiempos remotos, porque tú libras a los que esperan en ti y los salvas de las manos de sus enemigos.
9 Yo hice subir desde la tierra mi oración, rogué para ser preservado de la muerte.
10 Invoqué al Señor, padre de mi Señor: «No me abandones en el día de la aflicción, en el tiempo de los orgullosos, cuando estoy desamparado. Alabaré tu Nombre sin cesar y te cantaré en acción de gracias».
11 Y mi plegaria fue escuchada: tú me salvaste de la perdición y me libraste del trance difícil.
12 Por eso te daré gracias y te alabaré, y bendeciré el nombre del Señor.
(a) Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor.
(b) Den gracias al Dios de las alabanzas,
porque es eterno su amor.
(c) Den gracias al Guardián de Israel,
porque es eterno su amor.
(d) Den gracias al Creador del universo,
porque es eterno su amor.
(e) Den gracias al Redentor de Israel,
porque es eterno su amor.
(f) Den gracias al que congrega a los dispersos de Israel,
porque es eterno su amor.
(g) Den gracias al que construye su Ciudad y su Santuario,
porque es eterno su amor.
(h) Den gracias al que hace florecer el poderío de la casa de David.
porque es eterno su amor.
(i) Den gracias al que eligió como sacerdotes a los hijos de Sadoc,
porque es eterno su amor.
(j) Den gracias al Escudo de Abraham,
porque es eterno su amor.
(k) Den gracias a la Roca de Isaac,
porque es eterno su amor.
(l) Den gracias al Fuerte de Jacob,
porque es eterno su amor.
(m) Den gracias al que eligió a Sión,
porque es eterno su amor.
(n) Den gracias al Rey de todos los reyes,
porque es eterno su amor.
(o) El exaltará el poder de su pueblo,
para que lo alaben todos sus fieles,
los hijos de Israel, el pueblo que está cerca de él.
¡Aleluya!
13 En mi juventud, antes de andar por el mundo, busqué abiertamente la sabiduría en la oración;
14 a la entrada del Templo, pedí obtenerla y la seguiré buscando hasta el fin.
15 Cuando floreció como un racimo que madura, mi corazón puso en ella su alegría; mi pie avanzó por el camino recto y desde mi juventud seguí sus huellas.
16 Apenas le presté un poco de atención, la recibí y adquirí una gran enseñanza.
17 Yo he progresado gracias a ella: al que me dio la sabiduría, le daré la gloria.
18 Porque resolví ponerla en práctica, tuve celo por el bien y no me avergonzaré de ello.
19 Mi alma luchó para alcanzarla, fui minucioso en la práctica de la Ley, extendí mis manos hacia el cielo y deploré lo que ignoraba de ella.
20 Hacia ella dirigí mi alma y, conservándome puro, la encontré. Con ella adquirí inteligencia desde el comienzo, por eso no seré abandonado.
21 Yo la busqué apasionadamente, por eso adquirí un bien de sumo valor.
22 El Señor me ha dado en recompensa una lengua, y con ella lo alabaré.
23 Acérquense a mí los que no están instruidos y albérguense en la casa de la instrucción.
24 ¿Por qué andan diciendo que no la tienen a pesar de estar tan sedientos de ella?
25 Yo abrí la boca para hablar: adquiéranla sin dinero;
26 pongan el cuello bajo su yugo, y que sus almas reciban la instrucción: ella está tan cerca que se la puede alcanzar.
27 Vean con sus propios ojos con qué poco esfuerzo he llegado a encontrar un descanso tan grande.
28 Participen de la instrucción, aun a costa de mucho dinero, y gracias a ella adquirirán oro en abundancia.
29 Alégrense en la misericordia del Señor, no se avergüencen de alabarlo.
30 Lleven a cabo su obra antes del tiempo fijado, y él les dará la recompensa a su debido tiempo. Sabiduría de Jesús, hijo de Sirá.