ORACIÓN II
Hija de Dios, tú que desde muy joven conociste la dureza y el trabajo de la vida, sus penas y sus breves alegrías; tú que eras pobre, huérfana, que amabas incansablemente a tu prójimo, y que te convertías en una sierva humilde y atenta; Tú que fuiste amable y buena, sin orgullo, que amaste el Amor sobre todas las cosas; Tú que derramaste tu sangre para no traicionar al Señor; Tú que perdonaste a tu asesino deseándolo en el Paraíso; Intercede y ruega por nosotros al Padre, para que podamos conformarnos a su santísima voluntad para con nosotros. Tú que eres la amiga de Dios y lo ves cara a cara, obtén la gracia que buscamos de ti….
Te damos gracias María, por el amor a Dios y al prójimo que has sembrado en nuestros corazones. Amén.