SÚPLICAS
El Señor Jesús ha enviado su Espíritu al corazón de los hombres. A El nos dirigimos:
– Asiste a los predicadores y a los teólogos para que expongan convincentemente la fe de la Iglesia.
– Penetra con tu luz el corazón de los hombres que buscan la verdad.
– Deshad con la fuerza de tu gracia el enredo del pecado y de la culpa.
– Inquieta los corazones indiferentes para que te busquen, y buscándote, te encuentren.
Tu, que «nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón no halla sosiego hasta que descanse en Ti», concédenos un corazón ardiente y una mente penetrante como la de San Agustín. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.