Mensaje del 24 de enero de 1996 en San Salvador (El Salvador)
Ejercicios Espirituales, en forma de Cenáculo, con los Obispos
y los Sacerdotes del M.S.M. de América Latina.
Id en mi nombre.
«Con que amor os acojo en este Cenáculo, Obispos y Sacerdotes de mi Movimiento, que habéis venido de tantas naciones de América Latina, esta tierra tan insidiada por mi Adversario, pero tan amada y protegida por vuestra Madre Celestial. Me uno siempre a vuestra oración; os ayudo a crecer en el recíproco amor; os consuelo en los numerosos sufrimientos y llevo con vosotros el peso de vuestro difícil ministerio. En estos días os obtengo el don del Espíritu Santo, que desciende sobre este Cenáculo como descendió sobre el de Jerusalén. Y el Espíritu Santo abrirá los corazones y las almas a la comprensión de la importante y particular misión que Yo os confío. -Id en mi nombre por los caminos de este continente y llevad a todos la luz de mi presencia materna y misericordiosa. -Id en mi nombre a buscar a mis hijos descarriados por los dolorosos caminos del pecado y del mal. Ved como vuestra sociedad se ha vuelto pagana, víctima del materialismo, de la exasperada búsqueda del placer, del egoísmo desenfrenado, de la violencia, de la injusticia y de la impureza. Cuántos son mis pobres hijos, que sufren y llevan el peso de esta dureza de corazón, que hace de la tierra un inmenso desierto de amor. -Id en mi nombre y llevad a todos la ternura de mi amor materno. Buscad a los descarriados, sostened a los débiles, conducid a los vacilantes, perdonad a los pecadores, atraed a los alejados, curad a los enfermos, dad vuestra ayuda sacerdotal a los pobres y a los pequeños, inclinaos para derramar bálsamo sobre las llagas abiertas de los heridos y de los golpeados por la violencia y el odio, tomadlos en vuestros brazos y llevadlos a todos al interior del seguro refugio de mi Corazón Inmaculado. -Id en mi nombre a llevar mi consuelo de Madre a la Iglesia que aquí sufre tanto y camina hacia el Calvario de su inmolación. Mi Adversario en estos años, la ha golpeado fuertemente en sus Pastores y en la grey. Cuántos dolores ha soportado la Iglesia en vuestros países, cuántos abandonos ha tenido que experimentar, cuánta amargura ha bebido en el cáliz de su fidelidad cotidiana a Cristo y a su Evangelio. Yo he estado siempre a su lado, como lo estuve junto a Jesús bajo la Cruz, y en este doloroso camino suyo, la Iglesia que vive en América Latina ha experimentado el consuelo y la ayuda de vuestra Madre Celestial. Por esto, en vuestros Países, la devoción hacia Mí no se ha debilitado nunca, al contrario, se ha hecho, día a día, mayor y más fuerte por doquier. Y es así como Yo soy particularmente amada y glorificada y América Latina ocupa un lugar privilegiado en el jardín de mi Corazón Inmaculado. -Id en mi nombre a llevar la luz de mi fe, mi invitación a la esperanza y el ardor de mi caridad a aquellos que están confiados a vuestro ministerio sacerdotal. Hijos míos predilectos, avanzad con valor por la dolorosa vía de estos últimos tiempos. Yo estoy siempre con vosotros. No os sintáis solos. Aunque debáis llevar la cruz de las incomprensiones, de los abandonos y de las oposiciones, Yo estoy siempre a vuestro lado. Estoy con vosotros en todo momento y os ayudo a llevar la cruz que el Señor os pide, por la salvación de los que os han sido confiados. En el seguro refugio de mi Corazón Inmaculado encontraréis vuestra paz y experimentaréis aquella alegría que solo Jesús sabe daros. Salid de este Cenáculo como Apóstoles de mi Movimiento en toda América Latina. Difundid por todas partes los Cenáculos que os pido: entre los Sacerdotes, los niños, los jóvenes y especialmente en las familias, para que sean protegidas y defendidas de los grandes peligros que las amenazan. Entonces os convertís en los instrumentos preciosos del triunfo de mi Corazón Inmaculado, mientras experimentáis con gozo el consuelo de mi presencia materna. Con vuestros seres queridos, con aquellos que os han sido confiados a vuestro ministerio, os bendigo en el Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.»