Mensaje del 8 de diciembre de 1995 en Puerto de la Cruz (Tenerife-España)
Fiesta de la Inmaculada Concepción.
Mi Designio.
«Mi pequeño hijo, hoy te encuentras en las Islas Canarias para celebrar numerosos Cenáculos con los Sacerdotes y fieles de mi Movimiento y celebráis con alegría y gozo extraordinarios, la solemnidad de mi Inmaculada Concepción. Observa como también aquí el Movimiento Sacerdotal Mariano se ha difundido por doquier y como mis pequeños niños por todas partes me responden sí. ¡ Mis predilectos e hijos a Mí consagrados, mirad en este día, con confianza y con inmensa esperanza, a vuestra Madre Inmaculada! He sido concebida sin pecado original, y así he podido realizar en mi vida, de manera perfecta, el designio de la Santísima Trinidad y responder a la misión que por Ella me ha sido confiada de ser la Madre del Verbo Encamado. -M i designio es el de conducir a la batalla al ejército de los hijos de Dios para combatir y vencer las insidias de aquellos que se han puesto al servicio de Satanás y combaten para difundir en el mundo el reino del mal, del error, del pecado, del odio y de la impureza. -M i designio es el de llevar a toda la creación a su primitivo esplendor, de modo que el Padre Celeste pueda de nuevo reflejarse complacido en ella y recibir del universo creado su mayor glorificación. -M i designio es el de llevar a todos mis hijos por la vía de la perfecta imitación de Jesús, de modo que en ellos Jesús pueda revivir y contemplar con alegría los frutos copiosos que han nacido del gran don de su Redención. -M i designio es el de preparar los corazones y las almas para recibir el Espíritu Santo, que se derramará en plenitud para llevar al mundo a su segundo Pentecostés de fuego y de amor. -M i designio es el de indicar a todos mis hijos el camino de la fe y de la esperanza, de la caridad y de la pureza, de la bondad y de la santidad. Así en el jardín de mi Corazón Inmaculado preparo el pequeño resto que, entre las olas tempestuosas de la apostasía y de la perversión, permanecerá fiel a Cristo, al Evangelio y a la Iglesia. Y será con esta pequeña grey, custodiada en el Corazón Inmaculado de vuestra Madre Celeste, que Jesús traerá al mundo su reino glorioso».