Mensaje del 5 de agosto de 1995 en Sant’Omero (Teramo)
Fiesta de Ntra. Señora de las Nieves
Blancos copos de nieve.
«Seguidme, hijos predilectos, por la senda que Yo os he trazado con mis mensajes, si queréis vivir siempre y a la perfección la consagración, que habéis hecho a mi Corazón Inmaculado. Por la senda de mis mensajes aprended a abandonaros a Mí como pequeños niños y a dejaros guiar con la sencillez, la confianza y el completo abandono de los hijos. Este vuestro abandono a Mí es necesario, para que Yo pueda obrar en vosotros y en vuestra vida. Mi misión materna es la de transformaros cada día, para que podáis cumplir a la perfección la voluntad del Señor. Así os ayudo a liberaros del pecado, para caminar por la senda de la divina gracia, del amor, de la pureza y de la santidad. En el gran desierto en el que vivís, en el inmenso océano de impureza que sumerge este mundo poseído por el Maligno, Blancos copos de nieve descienden de mi Corazón Inmaculado sobre vosotros, hijos a Mí consagrados, para que podáis difundir por doquie r mi perfume de cielo y ser los signos e instrumentos de la divina misericordia en el mundo. -Por la senda de mis mensajes sois formados por Mí para proclamar, con valor y celo, el Evangelio de Jesús. Cuánto sufre mi Corazón de Madre porque frente al desbordamiento de los errores y de las herejías, de los escándalos, y de los malos ejemplos, se mantiene un profundo silencio, cargado de indiferencia y de complicidad, por parte de todos los que tienen el deber de hablar. Nunca como en vuestros días, muchos Pastores se convierten en “perros mudos” que no defienden la grey a ellos confiada, de la amenaza, de la seducción y del peligro de ser devorada por muchos lobos rapaces. Es por esto que el Evangelio de mi Hijo Jesús es herido y desgarrado en todas sus partes. Entonces mi misión materna es llevaros a creer en el Evangelio, que os dejeis guiar por la sabiduría del Evangelio, que viváis el Evangelio a la letra. Por esto os guío con dulzura y con firmeza materna por medio de mis mensajes. Así, en la gran apostasía que se extiende por todas partes, blancos copos de nieve descienden de mi Corazón Inmaculado sobre vosotros, hijos a Mí consagrados, para que podáis llevar a todas partes la luz de la divina Palabra y ser los instrumentos que por doquier hagan refulgir, en su mayor esplendor, toda la verdad contenida en el Evangelio de mi Hijo Jesús. -Por la senda de mis mensajes os llevo a la comprensión de aquello que está escrito en el Libro todavía sellado. Muchas páginas de cuanto contiene el Apocalipsis de San Juan, ya os han sido explicadas por Mí. Sobretodo os he indicado la gran batalla que se desenvuelve entre la Mujer vestida del Sol y el Dragón Rojo, ayudado por la bestia negra, es decir la masonería. También os he desvelado las solapadas y diabólicas insidias tejidas contra vosotros por la masonería, que ha entrado en el interior de la Iglesia y ha puesto el centro de su poder allí donde Jesús puso el centro y el fundamento de su unidad. No os turbéis, porque esto forma parte del misterio de iniquidad, que la Iglesia conoce bien desde su nacimiento. En efecto, también en el Colegio Apostólico entró Satanás, que empujó a Judas, uno de los doce a convertirse en traidor. En estos vuestros tiempos, el misterio de iniquidad se está manifestando en toda su terrible potencia. Ahora, en el momento presente de la gran tribulación, que ha llegado para la Iglesia y para la humanidad blancos copos de nieve descienden de mi Corazón Inmaculado sobre vosotros, hijos a Mí consagrados, para que podáis llevar a todos mi voz materna que os conduce a la esperanza y a la confianza. Así podéis tomar de la mano a tantos pobres hijos míos, golpeados y oprimidos por el viento impetuoso de la gran tribulación y atravesar conjuntamente los umbrales luminosos de la esperanza, en la gloriosa espera de que desciendan sobre el mundo, con el triunfo de mi Corazón Inmaculado, los blancos copos de nieve de la Divina Misericordia».