Mensaje del 17 de septiembre de 1995 en Manaos (Amazonia-Brasil)
Cada vez más lejos.
«Has visto, como nunca, el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el corazón y en la vida de mis pequeños hijos. A millares han participado en el Cenáculo, con una intensidad de oración y con un entusiasmo tan sencillo y espontáneo, que han conmovido mi Corazón de Madre. Mira como, en todas partes del mundo, mis hijos me responden: sí. Son los más pequeños, los más pobres, los humildes, los sencillos: su respuesta inunda de alegría mi Corazón. Las heridas de mi dolor se cierran y las espinas se transforman en flores perfumadas y preciosas. Mis lágrimas se han tomado sonrisa. También en este vasto estado de la Amazonia tu has podido ver el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo. Esto sucede ahora en todas partes y tú, mi pequeño hijo, eres el instrumento escogido por Mí para una misión tan importante. Por esto, llevado entre mis brazos y conducido por Mí, debes llegar cada vez más lejos. -Cada vez más lejos en el lugar, porque debes llegar incluso a las partes más remotas y perdidas de la tierra, donde quiera que haya corazones de mis pequeños hijos, que palpitan de amor por Mí. Tú recoge estos latidos preciosos y deposítalos en el jardín luminoso de mi Corazón Inmaculado. -Cada vez más lejos en el espacio, donde encuentras a todos unidos, en una sola y gran familia, a mis hijos que gozan en el Paraíso, se purifican en el Purgatorio, o sufren todavía y luchan en el desierto árido de este mundo. Estás llamado a contemplar esta estupenda realidad, que compone en una unidad profunda, la gran familia de la Iglesia, formada en el corazón de la Santísima Trinidad y de la cual Yo he sido constituida verdadera Madre y Reina. -Cada vez más lejos en el tiempo, porque tu misión es la de reunir en mi Corazón Inmaculado, las horas del sufrimiento a las de la alegría; la horas de la gran tribulación a las de los nuevos cielos y de la nueva tierra; las horas dolorosas de la prueba a la de mi materno triunfo. Por esto continúa con serenidad tu camino, porque, conducido y llevado por Mí, debes llegar cada vez más lejos. No mires tu debilidad y pobreza, tu gran fragilidad, la fatiga y el cansancio que se apoderan de ti. Al contrario mira la alegría que, a través tuyo, la Madre Celeste lleva a los corazones, la Gracia que llena las almas, la vida que vuelve a florecer, el triunfo de mi Corazón Inmaculado que cada día se hace mayor. Ama y bendice a todos cuantos encuentras en el camino que ahora, en el lugar, en el espacio y en el tiempo, te lleva cada vez más lejos ».