Mensaje del 11 de Marzo de 1995 en Fátima (Portugal)
](Cenáculo con los Sacerdotes y fieles del M.S.M. de Portugal)
Mi Secreto.
«En este mi venerado Santuario os acojo a todos, mis predilectos e hijos a Mí consagrados, para encerraros en el seguro refugio de mi Corazón Inmaculado. -En este lugar Me aparecí como la Mujer vestida del Sol, para indicaros el camino a recorrer, en este vuestro siglo, tan insidiado y poseído por el Espíritu del Mal. -A este lugar Yo vine del cielo para ofreceros el refugio, en el cual guareceros, en el momento de la gran batalla entre Yo y mi Adversario y en las horas dolorosas de la gran tribulación y del castigo. -En este lugar hice surgir el Movimiento Sacerdotal Mariano y, por medio de este pequeño hijo mío, que he llevado a todas partes del mundo, en estos años, me he formado el ejército, preparado ya para la batalla y para mi mayor victoria. -En este lugar os quiero espiritualmente unidos a este hijo mío hoy que se celebra un gran Cenáculo de mi Movimiento, ante la Imagen de vuestra Madre Celeste, colocada en el mismo lugar en que me aparecí a los tres niños Jacinta, Francisco y Lucia. En este lugar os recojo a todos en torno a Mí y os manifiesto mi complacencia por el modo con el que habéis acogido la invitación a adheriros al Movimiento Sacerdotal Mariano, a consagraros a mi Corazón Inmaculado y a difundir por doquier los Cenáculos de oración entre los Sacerdotes, los niños, los jóvenes y las familias. Os quiero espiritualmente aquí Conmigo, porque ahora entráis en el último período de tiempo de este vuestro siglo, en el cual los sucesos que os he predicho, tendrán su pleno cumplimiento. 1Por esto hoy, en el mismo lugar donde me aparecí, quiero manifestaros mi secreto. Mi secreto concierne a la Iglesia. En la Iglesia se llevará a cabo la gran apostasía, que se difundirá por todo el mundo; el cisma se realizará en el general alejamiento del Evangelio y de la verdadera fe. En Ella entrará el hombre de iniquidad, que se opone a Cristo, y que llevará a su interior la abominación de la desolación, dando así cumplimiento al horrible sacrilegio, del cual habló el profeta Daniel (Mt.24,15) Mi secreto concierne a la humanidad. La humanidad llegará al culmen de la corrupción y de la impiedad, de la rebelión contra Dios y de la abierta oposición a su Ley de amor. Ella conocerá la hora de su mayor castigo, que ya os predijo el profeta Zacarías. (Zc. 13,7-9) Entonces este lugar aparecerá a todos como signo luminoso de mi presencia materna, en la hora suprema de vuestra gran tribulación. Desde aquí mi luz se difundirá a todas las partes del mundo y de esta fuente brotará el agua de la divina Misericordia, que descenderá para regar la aridez de un mundo, reducido ahora a un inmenso desierto. Y en esta mi extraordinaria obra de amor y de salvación, se manifestará a todos el triunfo del Corazón Inmaculado de Aquélla que es invocada como la Madre de la Misericordia».