Mensaje del 1 de noviembre de 1995 en Pouso Alegre (Minas Gerais, Brasil)
Festividad de todos los Santos
El Paraíso se une a la tierra.
«Continua este tu maravilloso camino, mi pequeño hijo, y responde a la misión que Yo te he confiado. Contempla por doquier el triunfo de mi Corazón Inmaculado que Yo hago avanzar, ahora de manera más fuerte, en los corazones y en las almas. -E l Paraíso se une a la tierra. En mi Corazón Inmaculado se produce para vosotros cada día el encuentro con vuestros hermanos y vuestras hermanas, que os han precedido aquí arriba y gozan ahora de la eterna felicidad de los Santos. En la luz de la Santísima Trinidad ellos contemplan mi designio y aumenta su gozo la visión del pleno triunfo de Cristo, que formará finalmente los nuevos cielos y la nueva tierra. lili-El Paraíso se une a la tierra en una gran comunión de oración, que asciende de todos mis hijos, para que Jesús apresure su retorno en Gloria y todo el mundo se transforme en aquel maravilloso jardín de gracia y de santidad, en el cual la Santísima Trinidad pueda nuevamente reflejarse complacida. -E l Paraíso se une a la Tierra, para formar el único ejército, del cual Yo soy la Celeste Capitana, para combatir la parte más importante de la batalla contra Satanás y todas las fuerzas del mal y para obtener mi mayor victoria. -E l paraíso se une a la tierra, ahora que estáis viviendo el período conclusivo de la purificación y de la gran tribulación. Así los Santos del cielo iluminan vuestra existencia, os socorren con su potente ayuda, os defienden de las astutas insidias de mi Adversario, os conducen de la mano por la vía de la santidad, en la trémula espera de asociaros también vosotros un día a su eterna bienaventuranza. Por esto hoy os invito a vivir la gozosa experiencia de la comunión de los Santos. Entonces recibís fuerza y valor para superar los momentos de la prueba y desde el Paraíso se os esclarece el doloroso camino que todos debéis recorrer, para cruzar el umbral luminoso de la esperanza. -E l Paraíso se une a la tierra, dentro del jardín celeste de mi Corazón Inmaculado porque, con su triunfo, descenderá del cielo la rociada de la Divina Misericordia, que llevará a una nueva vida a todo el mundo»