Mensaje del 13 de mayo de 1994 en Santuario de Caravaggio
Aniversario de la primera aparición en Fátima
Un mensaje apocalíptico.
«También este año recordáis el aniversario de mi primera aparición en la Cova de Iría en Fátima, con una jomada completa de Cenáculo en este venerado Santuario. Mi Corazón Inmaculado se abre y hace descender sobre vosotros los rayos de mi amor materno y misericordioso. Dentro de vuestro tiempo se producirá la realización del mensaje que os he dado en Fátima y contra el cual se ha desencadenado mi Adversario, pero que ahora aparecerá en toda su extraordinaria importancia para la Iglesia y para toda la humanidad. Es un mensaje apocalíptico. Se refiere al final de los tiempos. Anuncia y prepara el retorno de mi hijo Jesús en gloria. — Sobre esta humanidad que se ha vuelto pagana, envuelta en el hielo de la negación de Dios y de la rebelión a su ley de amor, corrompida por el pecado y por el mal y sobre la que Satanás domina como vencedor seguro, Yo hago descender los rayos de amor y de luz de mi Corazón Inmaculado. Ellos os iluminan el camino que debéis recorrer, para retomar a Dios por el camino de la conversión, de la oración y de la penitencia. Así mi Corazón Inmaculado se hace hoy el medio seguro de salvación para toda esta humanidad. Porque sólo en mi Corazón Inmaculado encontraréis refugio en el momento del castigo, consuelo en la hora del sufrimiento, alivio en medio de indecibles dolores, luz en los días de la tiniebla más densa, refrigerio entre las llamas del fuego que consume, confianza y esperanza en una ya general desesperación. — Sobre esta Iglesia, oscurecida y herida, golpeada y traicionada, Yo hago descender los rayos de amor y de luz de mi Corazón Inmaculado. Cuando en ella haya entrado el hombre inicuo, que llevará a cumplimiento la abominación de la desolación, y que tendrá su culmen en el horrible sacrilegio, mientras la gran apostasía será difundida por doquier, entonces, mi Corazón Inmaculado recogerá el pequeño resto fiel que, en el sufrimiento, en la oración y en la esperanza, esperará el retomo de mi hijo Jesús en gloria. Por esto hoy os invito a mirar a la gran luz, que desde Fátima se ha difundido sobre las vicisitudes de este vuestro siglo, y que se hace especialmente fuerte en estos últimos tiempos. El mío es un mensaje apocalíptico, porque estáis dentro del corazón de lo que se os ha anunciado en el último y tan importante Libro de la Divina Escritura. Confío a los Ángeles de luz de mi Corazón Inmaculado el encargo de llevaros a la comprensión de estos acontecimientos, ahora que Yo os he abierto el libro sellado.»