Mensaje del 13 de octubre de 1992 en Milán
75Q Aniversario de la última aparición de Fátima
Alzad los ojos al cielo.
«” Alzad los ojos al cielo “, dije a la pequeña Lucía al término dé mi última aparición ocurrida el 13 de octubre de 1917, en Fátima, en la pobre Cova de Iría. Y ella, volviéndose hacia una innumerable multitud, invitaba a todos a mirar hacia el sol. Comenzaba aquel fenómeno extraordinario, visto por todos con profunda emoción, y descrito como “el milagro del sol”. Era la confirmación de la verdad de mis apariciones. Era la señal para indicar a todos que vuestra Madre Celestial había bajado del cielo como “La Mujer vestida del Sol”. Alzad los ojos al cielo,os repito hoy cuando estáis viendo los acontecimientos que en Fátima os predije. —Alzad los ojos, desde el mundo en que vivís, tan corrompido, aridecido por el egoísmo, por el odio, por el pecado y por una impiedad tan grande. —Alzad los ojos, desde esta humanidad poseída por el Espíritu del mal, que ha construido una civilización sin Dios y que se postra en adoración ante los falsos ídolos del dinero y del placer, del orgullo y de la soberbia, de la violencia y de la impureza. —Alzad los ojos, desde los tiempos que estáis viviendo, de la dolorosa purificación y de la gran tribulación. Estos tiempos vuestros son malos, porque los corazones de los hombres se han vuelto malos, cerrados, fríos, duros e invadidos por una gran aridez. Sobre vuestro mundo, sobre esta humanidad, en estos tiempos, Satanás ha instaurado su reino y domina como amo seguro. Las fuerzas del Mal, con ayuda de las potencias tenebrosas del ateísmo y la masonería, han obtenido su victoria. ¿Qué debéis hacer vosotros mis pobres hijos, tan amados y protegidos por vuestra Madre Celestial y expuestos a unos peligros tan grandes? Alzad los ojos al cielo, porque vuestra liberación está cerca. Del cielo vendrá a vosotros la nueva era de luz y de santidad. Del cielo vendrá a vosotros la derrota definitiva de Satanás y de todo su potente ejército del mal. Del cielo vendrá a vosotros Cristo, en el esplendor de su gloria, cabalgando el caballo blanco de su Divino Poder. Hoy, mientras recordáis el aniversario de las apariciones de vuestra Madre Celestial, como La Mujer vestida del Sol, os invito a todos a alzar los ojos al cielo, porque “En el Cielo abierto aparece un caballo blanco. Aquél que lo cabalga es llamado Fiel y Veraz, porque juzga y combate con justicia. Sus ojos brillan como el fuego: lleva muchas diademas sobre la cabeza y lleva escrito un nombre que El solo conoce. Va vestido con un manto empapado en sangre. Su nombre es: El Verbo de Dios. Los ejércitos celestiales lo siguen montados en caballos blancos, vestidos de blanco, de puro lino finísimo. De su boca sale una espada afilada, para herir con ella a los pueblos. Él los gobernará con cetro de hierro y pisará la uva en el lagar del vino, que representa el terrible castigo de Dios, Dominador del universo. Sobre su manto y sobre su muslo, lleva escrito su nombre: Rey de reyes y Señor de señores”. Alzad pues los ojos al cielo, mis predilectos e hijos consagrados a Mí, porque sobre la nube luminosa vendrá a vosotros mi Hijo Jesús en el esplendor de su gloria, para instaurar entre vosotros su Reino de amor, de santidad, de justicia y de paz.»