Mensaje del 11 de febrero de 1992 en Managua (Nicaragua)
Aniversario de la Aparición de Lourdes
Os libero de la esclavitud.
«Yo soy la Inmaculada Concepción. Con estas palabras me manifesté a mi pequeña hija Bemardita, cuando me aparecí a ella en la Gruta de Lourdes. Yo soy la causa de vuestro gozo. Hoy, mi pequeño hijo, te encuentras aquí en esta Nación de Centro América, donde soy particularmente amada, invocada y glorificada por estos hijos míos. Has oído como repiten frecuentemente este grito, expresión de su amor y su fe: “¿Qué nos causa tanta alegría ? La Concepción Virginal de María”. Durante estos últimos años, la Iglesia aquí ha sido particularmente probada y golpeada y también estos hijos míos han tenido que llevar el peso de una dura esclavitud, impuesta por un régimen ateo y comunista. Pero Yo acogí sus oraciones, miré sus profundos sufrimientos e intervine personalmente para liberarlos de esta esclavitud. Ahora prometo dar a este pueblo mío que me ha sido consagrado, y a esta tierra que ha puesto en Mí su confianza, el gran don de la Paz. Corred tras el perfume suave de vuestra Madre Inmaculada, y así seréis liberados del yugo de toda esclavitud. — Yo os libero de la esclavitud del pecado, que os tiene bajo el dominio de Satanás, y os llevo a vivir cada día la libertad de los hijos de Dios. — Yo os libero de la esclavitud de las pasiones desordenadas, especialmente de la impureza, para haceros caminar por la senda de la santidad y de la pureza. — Yo os libero de la esclavitud del egoísmo y del odio, para haceros vivir en el amor y en comunión con todos. — Yo os libero de la esclavitud de los regímenes políticos, que están fundados en la negación de Dios, en el ateísmo proclamado y difundido, para prepararos a vivir como nuevo pueblo de Dios, que se abre al culto pervecto de su gloria. — Yo os libero de la esclavitud de estos tiempos perversos, para prepararos a entrar en los tiempos nuevos que ya se acercan. Por esto hoy, os invito a caminar tras el suave perfume de vuestra Madre Inmaculada, para alcanzar pronto el puerto seguro de vuestra liberación. Bendigo con amor esta tierra de Nicaragua y a todos mis hijos que aquí me aman, me honran y me invocan con tanta confianza y tanta esperanza.»