Mensaje del 26 de febrero de 1991 en Brasilia (Brasil)
Ejercicios Espirituales, en forma de Cenáculo, con Obispos y
Sacerdotes del M.S.M. de todo Brasil
No solo de pan.
«En estos días mi Corazón Inmaculado es consolado al veros tan numerosos en este Cenáculo continuo de oración y fraternidad. Habéis llegado de todo Brasil, esta tierra que Yo amo tanto y que mi Adversario acecha cada día más. Hoy acojo, en el jardín de mi Corazón Inmaculado, a la Iglesia que vive y sufre aquí, y a vuestra Patria que todavía está pasando por unos momentos de grandes dificultades y de peligro. Invito a todos mis hijos a consagrarse a mi Corazón Inmaculado, a entrar lo más pronto posible en el refugio seguro que Yo os he preparado para estos tiempos de la purificación y de la gran tribulación. Yo soy para todos vosotros una Madre tierna y comprensiva. Quiero llevaros por la senda de la paz, de la oración, de la santidad, de una unión más profunda con Jesús, nuestro Redentor y nuestro Salvador. Yo veo vuestro celo en el apostolado, conozco vuestras grandes dificultades; llevo con vosotros el peso de vuestros sufrimientos cotidianos. Sobre todo, miro con amor vuestro esfuerzo hacia los más pobres, los marginados, los últimos; en el esfuerzo por liberarlos de la esclavitud de la pobreza y de la miseria. Pero, como Madre, os tomo de la mano y os llevo a la comprensión de la verdad en toda su integridad, y en toda su extensión. No sólo de pan vive el hombre. El hombre vive también de toda Palabra que sale de la boca de Dios, para saciar el hambre de la mente. Además de la pobreza de los bienes materiales, existe una pobreza mayor de bienes espirituales. ¡Cuántos son los hijos míos que viven bajo el yugo de esta esclavitud espiritual! Son aquellos que se convierten en víctimas de las falsas ideologías fundadas en la negación de Dios. Cómo se propaga el error del ateísmo teórico y práctico, que lleva a muchos a vivir prescindiendo de Dios. Estos son los que se alejan de la Iglesia para hacerse miembros de las distintas sectas que aquí se difunden más y más. Esto ocurre, porque las mentes hambrientas de tantos hijos míos, ya no son alimentadas con el pan de la Palabra de Dios. Os pido que deis con abundancia este alimento espiritual y sobre todo os pido, mis predilectos, e hijos consagrados a Mí, que aumente todavía más vuestro esfuerzo para comunicar a todos la Luz del Evangelio. Predicad el Evangelio con valentía y sin miedo; entregadlo en la claridad de su integridad; anunciadlo con la misma fuerza con la cual mi Hijo Jesús os lo predicó a vosotros. De este modo, ayudáis a todos a caminar por la senda de la fe verdadera, en la mayor obediencia al Magisterio del Papa y de los Obispos unidos a El. No sólo de pan vive el hombre. El hombre vive también de la Gracia Divina, que Jesús le ha dado, para saciar el hambre de su alma. Además de la pobreza de bienes materiales, existe una pobreza moral más grande y peligrosa, constituida por el yugo pesado que hace a tantos hijos míos esclavos del mal y del pecado, de las pasiones desordenadas, especialmente de la impureza. ¡Qué grande es esta plaga entre vosotros! Qué engañosa es la asechanza de mi Adversario, que frecuentemente os lleva a concentrar todo vuestro esfuerzo sacerdotal en sanar las heridas de los pobres y de los explotados, y de este modo, haceros olvidar de poner vuestra atención, sobre todo, en las llagas profundas de los pecadores y de los malos. Dad el alimento de la Gracia de Dios a esas almas que mueren de hambre. Por eso debéis ayudar a los pecadores a regresar a la fuente de la Divina Misericordia, poniéndoos a su disposición en el Sacramento de la Reconciliación. Este es el tiempo favorable para vosotros. Este es el tiempo de la conversión y del retomo al Señor. Hijos predilectos, sed vosotros mismos los ministros solícitos de la reconciliación, para la salvación de tantas almas, que corren peligro de perderse. No sólo de pan vive el hombre. El hombre vive también del Pan vivo bajado del cielo, para saciar el hambre de su corazón. ¡Cuántos viven hoy bajo la terrible esclavitud del orgullo, del egoísmo desenfrenado, de la avaricia, del odio, de la violencia, y de una gran incapacidad de amar! El camino que os conduce a la salvación es solamente el de la comunión y del amor. Por esto Jesús os ha entregado el don inestimable de la Santísima Eucaristía. Jesús se hace presente en la Eucaristía, para ser el alimento de vuestra vida espiritual y para formaros en una verdadera capacidad de amor. Jesús se entrega a vosotros en la Eucaristía, para amar en vosotros, con vosotros y por medio de vosotros. Jesús Eucarístico es el Pan vivo bajado del cielo, el alimento que hay que comer para no tener más hambre, el agua que hay que beber para no tener más sed. Jesús Eucarístico quiere ser hoy el Buen Samaritano para vuestra Iglesia tan dividida y sufriente, para vuestra Patria tan enferma y amenazada. Jesús Eucarístico os quiere conducir a todos por el camino del amor, de la reconciliación, de la comunión, de la paz, de la misericordia y de la salvación. Aprended de El que es manso y humilde de corazón y encontraréis alivio para vuestras almas. Este año, Brasil celebra su Congreso Eucarístico Nacional. Que vuestra Iglesia y vuestra Patria se postren en un acto de profunda adoración a Jesús Eucarístico. Hoy os pido a todos, abrir de par en par las puertas a Jesucristo que viene. Soy la Madre del segundo Adviento y la puerta que se abre a la nueva era. Esta nueva era coincidirá con el mayor triunfo del Reino Eucarístico de Jesús. Por esto, os invito en este año extraordinario, a hacer reflorecer de nuevo, en todas partes, el culto de adoración, de reparación y de amor a la Santísima Eucaristía. Volved a exponer el Santísimo Sacramento en vuestras Iglesias para las horas solemnes de adoración pública. Que la Eucaristía llegue a ser el centro de vuestra oración, de vuestra vida, de vuestro culto y de vuestras reuniones eclesiales. De este modo, hoy también, Jesús Eucarístico, con su Palabra, 858saciará el hambre de las mentes; con su Gracia saciará el hambre de las almas; con su Amor, saciará el hambre de vuestros corazones. Y Jesús Eucarístico os dará finalmente el gran don de la verdadera liberación de toda forma de esclavitud física, espiritual y moral. Entonces resplandecerá en todos vosotros la gran dignidad de hijos de Dios, creados por Él, amados, redimidos, santificados y salvados. Salid ahora de este Cenáculo y sed los apóstoles de esta nueva evangelización en todo el Brasil. Yo os acompaño con mi Amor Inmaculado y os apoyo con mi bendición materna».