Mensaje del 13 de marzo de 1990 en Sao Paulo (Brasil)
Cuando el Hijo del Hombre vuelva.
«Vosotros leéis en el Evangelio: —¿Cuando el Hijo del Hombre vuelva, encontrará aún fe en la tierra? —Hoy quiero invitaros a meditar estas palabras pronunciadas por mi Hijo Jesús. Son palabras graves, que hacen reflexionar y que logran haceros entender los tiempos en que vivís. Os podéis preguntar, ante todo, por qué Jesús las pronunció. Para prepararos a su segunda venida y para describiros una circunstancia que indicará la proximidad de su regreso glorioso. Esta circunstancia es la pérdida de la fe. También en otro pasaje de la Divina Escritura, en la carta de San Pablo a los Tesalonicenses, se anuncia claramente que, antes del retomo glorioso de Cristo, tendrá lugar una gran apostasía. La pérdida de la fe es una verdadera apostasía. La difusión de la apostasía es, pues, el signo que indica que la segunda venida de Cristo ya está próxima. —Os he predicho en Fátima que llegaría un tiempo en el cual la verdadera fe se perdería. Estos son los tiempos. Vuestros días están marcados por esta situación dolorosa y significativa, que os ha sido predicha por la Divina Escritura: la verdadera fe está desapareciendo en un número cada día mayor de mis hijos. Las causas de la pérdida de la fe son: 1) La difusión de los errores que son propagados, enseñados a menudo por los profesores de teología en los Seminarios y en las escuelas católicas; de este modo adquieren un cierto carácter de autenticidad y de legitimidad. 2) La rebelión abierta y pública contra el Magisterio auténtico de la Iglesia, sobre todo, el Magisterio del Papa, que ha recibido de Cristo la misión de preservar a toda la Iglesia en la verdad de la fe católica. 3) El mal ejemplo dado por aquellos Pastores que han dejado que el espíritu del mundo se apodere completamente de ellos y se han convertido en propagadores de ideologías políticas y sociales, en vez de ser anunciadores de Cristo y de su Evangelio, olvidando así el mandato recibido de Él: —Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda criatura. De este modo, en estos días, se extiende cada vez más la apostasía por parte de tantos pobres hijos míos. Cuando el Hijo del Hombre vuelva… Si su regreso se acerca, entonces la acción materna se hace más solícita y fuerte, para ayudar a todos mis hijos a permanecer en la verdad de la fe. Es por eso que os pido la consagración a mi Corazón Inmaculado. Es por eso que en estos tiempos vuestros, he difundido mi Movimiento Sacerdotal Mariano en todas partes. Para formar la pequeña grey, reunida en la oración de los Cenáculos y vigilante en la espera. La grey reunida y formada por Mí para conservar siempre la verdadera fe. De este modo, cuando el Hijo del Hombre vuelva, encontrará aún en la tierra la fe de todos los que se han consagrado a Mí, dejándose recoger en el jardín celestial de mi Corazón Inmaculado.