Mensaje del 1 de noviembre de 1990 en Dallas (Texas) U.S.A
Fiesta de todos los Santos
El Paraíso se unirá con la tierra
«Mirad hoy el Paraíso, donde han llegado tantos hermanos y hermanas vuestros, para participar del gozo sin fin, en la bienaventurada eternidad. Esta fiesta debe ser para vosotros un motivo de gozo, de esperanza y de consuelo. — Que os alegre la certeza de que los Santos del Paraíso reflejan sobre vosotros la luz de su bienaventuranza, para ayudaros a vivir en la tierra, para la glorificación perfecta de la Santísima Trinidad. De esta manera, aunque estéis aquí abajo, vosotros participáis de la misma experiencia de los Santos y vivís con el corazón y con el alma, en el Paraíso, del cual gozáis, en pequeña parte, la misma felicidad. — Motivo de esperanza debe ser para vosotros el hecho de que muchos os han precedido al Reino Celestial, después de haber recorrido el mismo camino que vosotros, después de haber soportado los mismos sufrimientos que vosotros, después de haber experimentado vuestras mismas dificultades. Entonces seguid adelante, con fuerza y sin desanimaros nunca, por el camino de la observancia perfecta de la Ley de Dios, de la práctica de todas las virtudes cristianas, de una comunión de vida cotidiana con Jesús Eucarístico, que os conduce por la senda de la santidad. — Que sea un gran consuelo para vosotros la certeza de que los Santos os ayudan con sus oraciones, están a vuestro lado para consolaros en las aflicciones, para daros fuerza en las dificultades, para remover los obstáculos que encontráis en vuestro camino, para haceros superar las trampas que os tiende vuestro Adversario y mío. En la hora de la gran prueba el Paraíso se unirá con la tierra. Hasta el momento en que se abrirá la puerta luminosa, para hacer bajar al mundo la gloriosa presencia de Cristo, quien instaurará su Reino en el cual se hará la Voluntad Divina de manera perfecta, así en la tierra como en el cielo.»