Mensaje del 13 de octubre de 1987 en Hong-Kong
70 aniversario de la última aparición de Fátima
Pondré fin a vuestra esclavitud.
«En este día, hijos predilectos, recordáis el septuagésimo aniversario de mi última aparición, acaecida en Fátima y confirmada por el milagro del sol. Hoy, hijito mío, te encuentras aquí para concluir un viaje maravilloso en estas Naciones del extremo Oriente, en las que mi Corazón Inmaculado es por doquier amado, invocado, consolado y glorificado con particular intensidad. Hace setenta años que descendí del Cielo entre vosotros como la Mujer vestida del Sol. Hace setenta años que mi Adversario Satanás subió del abismo para manifestarse entre vosotros, como el Dragón rojo con toda su terrible potencia. De hecho, ha logrado extender su dominio en muchas naciones y difundir su gesto de negación y de rebelión a Dios en todas las partes del mundo. Así, durante el período de estos setenta años, el Dragón rojo ha atado a los hombres con la cadena de su esclavitud. — Os ha hecho esclavos del orgullo y de la soberbia con el engañoso espejismo de rebajar a Dios, de poneros vosotros mismos en lugar de Dios, para poder así renovar en vosotros su gesto de rebelión y desafío contra el Señor. De este modo, se ha difundido por doquier el error del ateísmo y ha empujado a la humanidad a construir una nueva civilización sin Dios. — Os ha hecho esclavos del placer y de la impureza para sustituir al verdadero Dios con vuestros nuevos ídolos, seguidos y adorados hoy por muchos: el sexo, la diversión, el dinero, el bienestar. Con el pecado ha extendido su tenebroso velo de hielo y de muerte sobre el mundo. — Os ha hecho esclavos del egoísmo y de la avaricia al conduciros a la desesperada búsqueda de la propia afirmación, del predominio sobre los demás, y os habéis hecho insensibles a las grandes necesidades de los pobres, de los pequeños, de los enfermos, de los necesitados. Así el mundo se ha convertido en un verdadero desierto de amor y, en este inmenso desierto, cuántos hijos míos cada día se sienten desplazados, golpeados y derrotados. Habéis vivido durante setenta años esclavos de mi Adversario, que ha conseguido transformar el mundo en una nueva Babilonia perversa y pecadora que, con la copa de los placeres y de la lujuria, ha seducido a todas las naciones de la tierra. Pero ahora el período de esta esclavitud babilónica está a punto de terminar. Yo pondré fin a vuestra esclavitud. En este año mariano, vuestra Madre Celeste abre la puerta a la nueva era de vuestra liberación. Por esto pronto veréis los signos extraordinarios que daré, para que podáis prepararos al mayor milagro que ya está a punto de realizarse. El milagro del sol, que aconteció durante mi última aparición en Fátima, sólo fue un signo profètico para indicaros que todos miréis al Libro que todavía está sellado. Hoy Yo soy enviada por Dios para abrir este Libro, para que os sean revelados sus secretos. Así todos podrán finalmente comprender a qué incomparable profundidad y universalidad de renovación os llevará la victoria del Amor Misericordioso de Jesús, que se realizará por medio del triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo.”