Mensaje del 30 de marzo de 1986 en Dongo
Pascua de Resurrección
Jesús es vuestra Paz.
«La Paz del Corazón divino de vuestro hermano Jesús resucitado, y del Corazón Inmaculado de vuestra Madre Celeste, que se goza en la visión de su Cuerpo glorioso, esté siempre con vosotros, hijos míos predilectos. La paz esté en vuestro corazón y en vuestra vida. La paz sea el perenne don de vuestro apostolado. Jesús, que fue humillado, vilipendiado, escupido, flagelado, condenado, crucificado, muerto en la Cruz y sepultado, ¡hoy ha resucitado! ¡Es la Pascua de su resurrección! Jesús resucitado está para siempre vivo y presente entre vosotros. Jesús es vuestra paz. Sólo El es vuestra vida; sólo El es vuestra victoria. Participad Conmigo en esta alegría, que jamás nadie podrá perturbar. Llevadla en el alma, para que de ella pueda florecer la esperanza. Soy la Madre dolorosa de la Pasión. Soy la Madre gozosa de la Resurrección. Soy la Madre de Cristo resucitado; soy el anuncio de su victoria. A Mí se me ha confiado la misión de preparar su glorioso retomo. En estos dolorosos tiempos de la purificación, os digo: ¡no dudéis, tened mucha esperanza! Jesús ha vencido para siempre al mundo. También hoy, sólo Jesús es el verdadero vencedor. Soy la Madre que, de todas partes os llama a todos para llevaros a Jesús y así prepararos a una nueva era de Paz. Soy la reina de la Paz, que os mira con ternura de Madre, y os bendice en el Nombre del Padre glorificado, del Hijo resucitado y del Espíritu Santo que se os da como Don.»