Mensaje del 1 de noviembre de 1986 en Dongo (Como)
Fiesta de Todos los Santos
Vuestro puesto en el Paraíso.
«Mirad hoy a aquellos que os han precedido en la gloria. En tomo a mi Corazón Inmaculado ellos forman una luminosa corona de amor, de gozo y de gloria. Este es también vuestro puesto en el Paraíso. Está preparado para todos vosotros que escucháis mi voz y os consagráis a mi Corazón Inmaculado, vivís en filial dependencia de Mí y os ofrecéis por completo al perfecto cumplimiento de mi designio. Sois ahí abajo mis niños muy queridos. Sois mis apóstoles, llamados a difundir en todas partes la luz de mi presencia maternal y a indicar a todos el camino que es necesario recorrer para llegar a Cristo, por quien solamente podrá venir la nueva era de Santidad, de Justicia, y de Paz. Por esto, cada día sentid junto a vosotros a los Santos y a los Bienaventurados del Cielo; invocad su ayuda y protección. Sentid también junto a vosotros a las almas de los justos, que sufren todavía y oran en el Purgatorio, en espera de su plena bienaventuranza en la perfecta contemplación del Señor. Con vosotros forman una sola milicia a mis órdenes. De todos Yo soy la Madre y la Reina. Todos tienen una parte insustituible en mi designio victorioso. En estos tiempos Yo quiero hacer más profunda, más sentida y más extraordinaria vuestra comunión con los que os han precedido en la vida terrena y gozan ahora de la eterna salvación. Como don maternal de mi Corazón Inmaculado Yo os ofrezco, como ayuda preciosa, las almas de los Santos en el Paraíso y de los justos en el Purgatorio. Estáis expuestos a graves peligros y ellos os pueden ayudar a superarlos. Sois víctimas de las insidias engañosas de mi Adversario y ellos pueden daros luz para discernirlas y fuerza para huir de ellas. Sois frágiles y débiles y con frecuencia caéis todavía en pecados; pero ellos pueden siempre daros una mano para encaminaros por la senda del bien y de la santidad. Recorred, pues, junto con ellos, la senda que os he trazado. Unidos os llevo a la paz. La paz llegará a vosotros desde mi Corazón Inmaculado, cuando vuestra comunión de vida, de amor y de alegría se haya realizado perfectamente.»