Mensaje del 29 de septiembre de 1983 en Curasao (Archipiélago de las Antillas)
Fiesta de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
La función de los Ángeles.
«Hoy la Iglesia celebra la fiesta de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Es también vuestra fiesta, hijos predilectos, porque los Ángeles del Señor tienen una parte muy importante que desarrollar en mi plan victorioso. He aquí cuál es su función: a mis órdenes libran una terrible batalla contra Satanás y todos los malos espíritus. Es una lucha que se desarrolla, sobre todo, a nivel de espíritus, con inteligencia y con perfecta adhesión a los planes de los dos grandes y opuestos caudillos: La Mujer vestida del Sol y el Dragón rojo. Misión de S. Gabriel es la de revestiros de la misma fortaleza de Dios. Él, combate contra la asechanza más peligrosa de Satanás, la de debilitaros, llevándoos al desaliento y al cansancio. ¡Cuántos de vosotros se han parado en el camino de la consagración, que me han hecho, por causa de vuestra debilidad humana! La debilidad es la causa que os conduce a la duda, a la incertidumbre, al miedo, a la turbación. Ésta es la tentación de mi Adversario para haceros inofensivos, cerrados en vosotros mismos, detenidos en vuestros problemas, incapaces de un verdadero empuje apostólico. El Arcángel Gabriel tiene la misión de ayudaros a crecer en la confianza, revistiéndoos de la fortaleza de Dios. Y así os conduce cada día por el camino del valor, de la firmeza, de la fe heroica y pura. Misión de S. Rafael es la de derramar bálsamo sobre vuestras heridas. ¡Cuántas veces Satanás logra heriros con el pecado, golpearos con sus solapadas seducciones! Os hace sentir el peso de vuestra miseria, de la incapacidad, de la fragilidad y os detiene en el camino de vuestra perfecta donación. S. Rafael tiene entonces la misión de acompañaros en el camino que os he trazado, dándoos aquella medicina que cura todas vuestras enfermedades espirituales. Cada día él hace vuestro caminar más seguro, más firmes vuestros propósitos, más valerosos vuestros actos de amor y de apostolado, más decididas las respuestas a mis deseos, más atenta la mente a mi designio materno, y fortalecidos con su bálsamo celestial, proseguís vuestro combate. Misión de S. Miguel es la de defenderos de los terribles ataques que Satanás desencadena contra vosotros. 478En estos tiempos, mis predilectos que han acogido mi invitación y se han consagrado a mi Corazón Inmaculado, y todos mis hijos que se han entrado a formar parte de mi ejército victorioso, son el blanco escogido, con particular rabia y ferocidad, por parte de mi Adversario y vuestro. Satanás os ataca en el campo espiritual con toda clase de tentaciones y sugestiones para llevaros al mal, a la desorientación, a la duda y a la desconfianza. Usa con frecuencia su arma preferida, que es la de la sugestión diabólica y la de la tentación impura. Os ataca con terribles insidias, con frecuencia trata de empujaros al peligro; incluso físicamente atenta contra vuestra vida e integridad. El Arcángel Miguel, Patrono de la Iglesia Universal, es el que interviene con su gran poder y entra en combate para libraros del Maligno y de sus peligrosas asechanzas. Por esto os invito a invocar su protección con el rezo diario de la breve, pero, al mismo tiempo, tan eficaz oración del exorcismo compuesto por el Papa León XIII. Ved aquí, por qué los Angeles del Señor tienen una importante función en la estrategia de la batalla que se está combatiendo: debéis vivir siempre en su compañía. Tienen una misión preciosa e insustituible: están a vuestro lado combatiendo vuestra misma batalla; os dan fuerza y valor; os curan vuestras numerosas heridas; os defienden del mal y forman, con vosotros, la parte más aguerrida del ejército victorioso a las órdenes de la Celeste Capitana.»