Mensaje del 1 de noviembre de 1981 en Quito (Ecuador)
Fiesta de todos los Santos
La comunión de los Santos
«Soy la reina de todos los Santos. Hoy se os invita a elevar vuestra mirada al Paraíso, a donde os han precedido muchos hermanos vuestros. Ruegan por vosotros y os ayudan para que venga pronto también sobre la Tierra aquel Reino de Jesús, que en el Cielo es el motivo de nuestra alegría y de nuestra gloria. Debe hacerse cada vez más intensa esta comunión de vida con todos vuestros hermanos, que ya han alcanzado el Paraíso. En estos tiempos la Comunión de los Santos debe ser vivida aún más intensamente, porque una sola es la Iglesia en la que mi Hijo Jesús vive, reina y es glorificado por sus hermanos que aún luchan o sufren o gozan de felicidad eterna. En tu camino para llevar a todas partes mi invitación y para reunir en mi ejército a mis hijos ¡cuánto te ayudan, protegen y defienden tus hermanos, que han llegado ya al Cielo! Forman una corona de luz en tomo a mi Corazón Inmaculado. Cada una de estas luces se refleja sobre cada uno de vosotros, os ilumina y os guía en vuestro camino. La Madre Celeste quiere hacer más fuertes vuestros vínculos de amor con el Cielo para que cada día gocéis de la Comunión de los Santos, y avancéis unidos.»