Mensaje del 8 septiembre 1980 en Inverness (Florida, USA)
Natividad de María Santísima
Vendrá a vosotros como fuego
«Hoy, hijos predilectos, os reunís aquí en gran número; venís desde los Estados más lejanos de esta Nación para vivir Conmigo dos días de Cenáculo. Esta es la hora de recogeros Conmigo en la oración y en el amor, que debe crecer entre vosotros hasta hacer de vosotros una sola cosa. Perserverando Conmigo en la oración, os podré preparar para recibir el don del Espíritu Santo, que quiere comunicarse a vosotros de manera cada vez más plena. Ésta es su hora, porque todo el mundo se purificará y renovará por su potente acción de amor. Vendrá como fuego ardiente y abrasador; vendrá como testigo de mi Hijo, que jamás ha sido tan vilipendiado y traicionado en su persona y en su palabra. Vendrá para reconducir al mundo a la perfecta glorificación del Padre. Preparaos a recibir este gran don, que mi Corazón Inmaculado, os ha obtenido. Soy vuestra Madre niña. Miradme para haceros más pequeños. Vuestra pequeñez es mi gran fuerza. Recogeos hoy en tomo a mi cuna y ofreceos a Mí como florecillas perfumadas de amor y confianza. Y secundemos juntos el querer del Padre para que pronto se cumpla cuanto ha establecido para la salvación del mundo.»