Mensaje del 8 de mayo de 1980 en Salzburgo (Austria)
“Súplica” a la Beata Virgen de Pompeya
Las mismas dimensiones del mundo
«También aquí ves las maravillas de mi Corazón Inmaculado. ¡Qué respuesta tan generosa recibo de mis hijos predilectos, sobre todo de tantos fieles que me escuchan, me aman y se dejan confundir dócilmente por Mí! ¿Has visto cómo han venido en gran número de todas las partes de esta nación, para participar en los Cenáculos de oración y para renovar su consagración a mi Corazón Inmaculado? Por su medio, mi Corazón se dilata cada vez más para acoger en mayor número a mis hijos más necesitados, expuestos a tantos peligros. De todas las partes del mundo acuden para entrar en este refugio, preparado por vuestra Madre. Aquí son iluminados por mi luz, fortalecidos por mi acción, confortados por mi amor materno, preparados según mi designio. Mi Corazón Inmaculado tiene ya las mismas dimensiones del mundo. Abraza a toda la pobre humanidad, redimida por mi Hijo Jesús, y ahora tan amenazada por mi Adversario, que ha logrado extender en ella su dominio. Por esto, en señal de salvación, os ofrezco el amor de mi Corazón Inmaculado, que se ha dilatado inmensamente para cobijar a todos mis pobres hijos, necesitados de mi materna intervención. Mi Corazón se extiende como una gran tienda de paz y de salvación para recogeros de las tempestuosas olas que amenazan sumergir al mundo.»