Mensaje del 17 de octubre de 1978
El nuevo Papa Juan Pablo II.
«…Ten más confianza y seguridad en tu Madre Celestial: ora, vive con ella, no tengas nunca miedo. Te conduzco y te protejo, estoy junto a ti en todo momento: de ti pido silencio, oración y confianza. Te pido cosas pequeñas y humildes porque debes caminar por la senda de la pequeñez y de las humillaciones. Hoy has orado por el nuevo Papa que mi Corazón Inmaculado ha obtenido de Jesús para el bien de su Iglesia. Es mi hijo predilecto porque se ha consagrado a mi Corazón desde el principio de su sacerdocio. Únete, con el amor y con la oración, a todos los Sacerdotes de mi Movimiento, que Yo misma conduzco a un amor cada vez más grande al Papa y a la Iglesia a Él unida. Le debéis sostener con la oración, con vuestro amor y fidelidad. Le debéis seguir, poniendo en práctica, a la perfección, todo lo que Él disponga para el bien de la Iglesia. En este punto dad buen ejemplo a todos. Le debéis defender en los momentos en que mi Adversario se desencadenará contra Él, engañando a aquellos pobres hijos míos que se le opondrán. Con el Santo Padre, que la Providencia hoy os da, os bendigo hijos míos predilectos de todo el mundo, elegidos por mi Corazón Inmaculado para el momento de su gran triunfo.»