Mensaje del 8 de septiembre de 1977
Natividad de la Bienaventurada Virgen María
Os estoy señalando el camino.
«Hijos míos predilectos, manteneos siempre dentro de mi Corazón Inmaculado. He de realizar lo más pronto en vosotros la transformación que quiere Jesús. Tengo prisa y solicito de vosotros cosas cada vez mayores. Dejaos llevar por Mí. No temáis nunca. Otorgarme todos vuestro “sí”. Hace años que os sigo día a día. Hace años que os vengo señalando el camino. Recorredlo Conmigo. Os conduzco por él porque, en el momento de la gran oscuridad, en este camino encontraréis mi luz. No os dejéis arrastrar por curiosidades vanas, no busquéis otras seguridades. El camino que os he trazado es para vosotros el único seguro. Seguidlo siempre, no os detengáis jamás. Vivid cuanto os he dicho. Si he hablado, es para que me escuchéis. Y me escucháis cuando ponéis en práctica todo lo que os he dicho. Conservadlo en vuestro corazón contra quien pretenda introducir en vosotros dudas e incertidumbres. Ponedlo en práctica si queréis convenceros y convencer a los demás de la verdad de mis palabras (…).»