Mensaje del 9 de julio de 1975
Vuestra cruz más pesada.
«Muchas veces te repito: Permanece siempre en mi Corazón y no temas por nada. No te preocupes nunca, ni siquiera de mi Movimiento, de ti quiero sólo la oración, el sufrimiento, el más total abandono en Mí. En estos días no te he querido poner a prueba: eres tan pequeño y todo tan mío, que la Madre no puede dejarte solo ni siquiera por un instante… Mas he querido hacerte probar sólo una pequeña gota de la gran amargura que inunda mi Corazón de Madre a causa de tantos pobres hijos míos Sacerdotes que Satanás ya ha atrapado comp l e t a m e n t e . .. ¡Pobres hijos míos, cuánta pena me causan! Son Sacerdotes de mi Hijo y ya no creen en mi Hijo y lo traicionan continuamente; son Sacerdotes llamados a ser Ministros de la Gracia y habitualmente viven en pecado y su vida es una cadena ininterrumpida de sacrilegios; son Sacerdotes enviados a anunciar el Evangelio de salvación y ahora ellos se han hecho propagadores del error; son Sacerdotes para salvar muchas almas y a cuántas, cuántas almas conducen por el camino de la perdición. Esta es la hora en que verdaderamente la abominación de la desolación está entrando en el templo santo de Dios. No son ya sal de la tierra, sino sal sin sabor, sal corrompida y nauseabunda, sólo buena para ser esparcida por tierra, para ser pisoteada por todos. No son ya luz sobre el celemín, sino tinieblas que vuelven más oscura la noche. Todos estos pobres hijos Sacerdotes están enfermos, porque han caído bajo el dominio de Satanás… ¿Y no ves, hijo mío predilecto, cómo mi Corazón Inmaculado no puede menos de verse sumergido en un mar ilimitado de dolor? ¿Qué debéis hacer vosotros, Sacerdotes de mi Movimiento, vosotros, hijos predilectos de mi Corazón Dolorido, por la salvación de todos estos Sacerdotes, que están tan enfermos y tan necesitados de mi ayuda materna? Ayudadles, sin juzgarlos jam ás. Amadlos siempre. No los condenéis; no toca a vosotros hacer esto. Amadlos con vuestro sufrimiento, con vuestro testimonio, con vuestro buen ejemplo. Sed ejemplo para ellos en la defensa, incluso exteriormente, de vuestra dignidad: no abandonéis nunca el hábito eclesiástico, obedeciendo en esto la voluntad muchas veces manifestada por el Vicario de mi Hijo, El Papa. O rad por ellos: Se necesita un gran esfuerzo de oración para obtener del Corazón de Jesús que estos pobres hijos míos se conviertan y se arrepientan. Vosotros habéis sido elegidos por Mí para el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el Mundo. Más este triunfo comenzará primero en tantos pobres hijos míos Sacerdotes que se han descarriado. Formad una incesante cadena de oración y de amor para pedir su salvación y para que mi Corazón Inmaculado sea, sobre todo para ellos, su más seguro refugio. Sufrid: con el papa, con los O bispos, con los Sacerdotes fieles. Hoy Jesús pide que llevéis esta Cruz: vivir al lado de los hermanos Sacerdotes que no creen ya, que no viven, sino que traicionan el Evangelio; que son siervos infieles y permanecen, sin embrago, en la Iglesia para ser sólo los ministros de esta infidelidad(…). Deberá aún hacerse más profundo y agravarse este escándalo. Deberéis ser llamados a sufrir cada vez más porque esta verdadera apostasía del Evangelio llegará a ser un día general en la Iglesia, antes de la purificación liberadora. Por esto no hagáis consideraciones sobre el tiempo, no queráis calcular siquiera el tiempo de mi triunfo. Vivid sólo abandonados y confiados, como hijos pequeños míos, en este mi Corazón Inmaculado.»