Mensaje del 15 de marzo de 1975
Sin pensar en el mañana.
«(…) Vive cada momento en Mí, sin pensar en el mañana, sin preocuparte nunca de lo que debes hacer. Te guiaré de la mano en todo momento (…). Todavía, por un poco de tiempo, podréis caminar en la luz: pronto todo se hundirá en la oscuridad. Entonces Yo misma seré vuestra Luz y os guiaré a cumplir lo que mi Corazón Inmaculado desea. Para hacer esto, hijos míos predilectos, os debo pedir lo que más cuesta a vuestra naturaleza humana: os pido vivir sin pensar en el mañana, sin preocuparos del futuro. No me preguntéis: ¿qué haremos?, ¿cómo deberemos comportarnos?, ¿es inminente la gran purificación?, ¿cuál será la suerte que nos estará reservada? Vivid sólo, con perfecto amor y perfecto abandono, el presente que Yo misma —momento por momento— dispongo para vosotros, hijitos míos. Por eso acostumbraos a no mirar a las cosas, sino a Mí sola. No indaguéis lo que os espera, las vicisitudes tan atribuladas de este tiempo vuestro. No miréis todo lo que muchos hoy obran contra mi Hijo y contra Mí y se disponen a hacer contra vosotros. Se acerca la hora de las tinieblas, la hora en que vosotros mismos beberéis el cáliz que mi Hijo ha preparado para cada uno de vosotros. Pero ni siquiera debéis escrutar esta hora, para que no os sorprenda el miedo y la turbación. Mirad sólo a mi Corazón Inmaculado: refugiaos aquí, enfervorizaos aquí, fortaleceos aquí, sentios seguros aquí(…).