Mensaje del 23 de octubre de 1974
Oración y docilidad a mi voz.
«… Te he dicho ya tantas veces lo que debes hacer, y ahora te lo repito: tú ora, permanece siempre en mi Corazón en oración: de mi Movimiento me encargaré Yo misma. No te dejes turbar por ninguna preocupación. (…) A los Sacerdotes Yo misma los estoy llamando reuniendo de todas partes y ellos, estos mis hijos predilectos nutridos y formados por Mí, me están respondiendo todos. ¿Ves cómo las adhesiones llegan ya de todas las partes del mundo? Di a X que lo que deberá hacer por mi Movimiento será siempre en exceso. Por eso, que él se ejercite en actuar siempre menos y en dejarme obrar a Mí sola. Que ore, que ore mucho y Yo misma seré su luz. (…) Sea solamente el libro el medio para su difusión: no se fijen en su debilidad, puesto que es querida por Mí. No quiero ninguna propaganda, sino sólo oración y docilidad a mi voz. Tengo prisa: los tiempos decisivos han llegado y mi ejército ya está pronto a mis órdenes. Los bendigo a todos de corazón.”