Mensaje de 13 de Julio de 1973 en Ravena
Aniversario 3a aparición en Fátima
La causa de mi llanto.
«(…) Sí, verdaderamente me has consolado: has cambiado mis lágrimas en sonrisas, mi tristeza en alegría.
Te he sonreído, te he bendecido.
Motivo de mi llanto, del llanto de la Madre, son estos hijos míos, que en gran número, viven olvidados de Dios, sumergidos en los placeres de la carne, y corren sin remedio hacia su perdición. Para muchos de ellos mis lágrimas han caído en la indiferencia y en el vacío.
Sobre todo son causa de mi llanto los Sacerdotes, mis hijos predilectos, la pupila de mis ojos, todos estos mis hijos consagrados.
¿Ves cómo ya no me aman? ¿Cómo ya no me quieren? ¿Ves cómo no escuchan las palabras de mi Hijo? ¿Cómo a menudo lo traicionan?
¿Cómo Jesús, presente en la Eucaristía es ignorado por muchos de ellos, dejado solo en el Tabernáculo, con frecuencia ofendido por ellos con sacrilegios, con frecuentes descuidos?
Tú me has ofrecido el Movimiento Sacerdotal Mariano: lo acojo en mi Corazón y lo bendigo.
Serán todos Sacerdotes míos: consagrados a Mí, que harán todo cuanto Yo les ordene. Se acerca el tiempo en que Yo les haré oír mi voz, en el que Yo misma me pondré a la cabeza de este ejército preparado por Mí para la batalla.
Por ahora se deben formar con mucha humildad y confianza, dejando todas sus cosas para estar sólo a mis órdenes: amando y siendo todos una sola cosa con el Papa y con la Iglesia, viviendo y predicando sólo el Evangelio.
¡Esto es hoy tan necesario!
Los amo y los bendigo uno por uno.»