LETANÍAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA LA SALETTE
Nuestra Señora de La Salette, Madre de Dios, ruega por nosotros.
Nuestra Señora de La Salette, Reina y Madre de los hombres, ruega por nosotros.
Nuestra Señora de La Salette, Mensajera de la Divina Misericordia, ruega por nosotros.
Nuestra Señora de La Salette, todopoderosa suplicante, ruega por nosotros.
Tú que refrenaste el brazo del Señor enfuredido, ruega por nosotros.
Tú que derramas tantas lágrimas a causa de nuestros pecados y desgracias, ruega por nosotros.
Tú que tanto te preocupas por nosotros, a pesar de toda nuestra ingratitud, ruega por nosotros.
Tú, que nos invitas con tanto amor a recurrir a ti, ruega por nosotros.
Tú que nos reprochas por nuestra violación del domingo y por nuestra blasfemia, ruega por nosotros.
Tú que te quejas tan dolorosamente de la profanación de las cosas santas, ruega por nosotros.
Tú, que tan fuertemente recomiendas la oración, y especialmente la oración matutina y vespertina, ruega por nosotros.
Tú que condenas tan severamente nuestros deseos y los placeres vergonzosos del mundo, ruega por nosotros.
Tú que nos recuerdas tan conmovedoramente la Pasión de Jesús, ruega por nosotros.
Tú, cuya aparición es fuente de salvación para los pobres pecadores, ruega por nosotros.
Tú, que invitas con tanta urgencia a los justos a redoblar su fervor, ruega por nosotros.
Tú, cuyas amenazas proféticas han alarmado tan justamente al mundo, ruega por nosotros.
Tú que prometes tantas bendiciones si nos convertimos, ruega por nosotros.
Tú que hiciste brotar a tus pies una fuente de agua milagrosa, ruega por nosotros.
Tú que, siguiendo el ejemplo de Jesús, sanas toda enfermedad, ruega por nosotros.
Tú que deseas ser honrada e invocada en todo el mundo, ruega por nosotros.
Tú que hiciste que se realizaran y prosperaran tantas obras de reparación, ruega por nosotros.
Nuestra Señora de La Salette, ejemplo vivo de caridad, ruega por nosotros.
Víctima de penitencia y expiación, ruega por nosotros.
Modelo de modestia y sencillez, ruega por nosotros.
Modelo de obediencia y sumisión, ruega por nosotros.
Fuente de celo ardiente y del apostolado, ruega por nosotros.
Madre amorosa de los pobres y de los niños, ruega por nosotros.
Luz de los ciegos y de los ignorantes, ruega por nosotros.
Consolación de los enfermos y de los afligidos, ruega por nosotros.
Esperanza de los desesperados, ruega por nosotros.
Ayuda de la Iglesia militante, ruega por nosotros.
Abogada de la Iglesia que sufre, ruega por nosotros.
Gloria de la Iglesia triunfante, ruega por nosotros.
Por tus amargas quejas de la pecaminosidad de los hombres, dócil a la ley de tu Divino Hijo, oh María!.
Por tus abundantes lágrimas, obtén para nosotros la gracia de llorar por nuestros pecados, oh María!.
Por tus sufrimientos maternales, obtén para nosotros la resignación en todas las pruebas, oh María!.
Por tus apariciones y tus milagros, revive la fe de tu pueblo, oh María!.
Por las misteriosas apreciaciones hacia Roma, haznos cada vez más devotos de la Santa Sede, oh María!.
Por tu incomparable ternura, haz que te amemos cada vez más, oh María!.
Por tu deslumbrante belleza, haznos suspirar tras el cielo, oh María!.
Por tu nueva asunción, atráenos hacia ti, oh María!.
Oración: Señor Jesucristo, que en tu infinita misericordia nos enviaste a la montaña de La Salette, tu siempre gloriosa Madre, para recordarnos nuestros deberes cristianos, haz que, movidos por sus lágrimas y dóciles a sus advertencias, podamos apaciguar en esta vida tu justa ira por un sincero arrepentimiento, y que merezcamos por nuestras buenas obras la gracia de gozar eternamente de Ti en el cielo. Tú, que vives y reinas en un mundo sin fin. Amén.