Mensaje del 27 de mayo de 1974
La Obra que estoy haciendo.
“Para mi Movimiento déjate guiar sólo por Mí. La luz te vendrá poco a poco: te será garantizada por tu Confesor y Director Espiritual. Ahora tú no ves, hijo, todo lo que mi Corazón Inmaculado quiere hacer por medio de ti y de mi Movimiento. Esto lo quiero así por muchos motivos. Ante todo debes permanecer siempre pobre, humilde, sencillo, debes sentirte mi hijo más pequeño. Luego, debes habituarte a dejarte conducir siempre de la mano por Mí. En cada momento esperarás de Mí cada cosa. Este es el modo según el cual Yo quiero que sea vivida verdaderamente la consagración que me ha sido hecha. No te apoyes en otros carismas ni en otras pruebas; no mires a otras obras ni a otros planes. Esta es la Obra que Yo estoy haciendo en la Iglesia por tu medio. Por esto lo recibirás todo de Mí. Camina en la sencillez y en el total abandono: no se turbe nunca tu corazón. Ninguna interferencia externa podrá jamás perjudicar esta obra mía que Yo celosamente estoy haciendo nacer para la salvación de mi Iglesia. Por esto siéntete una nada, verdaderamente incapaz, por que lo eres, hijo. Pero en la medida en que me ofrezcas tu nulidad, Yo podré hacer y obrar según mis designios. Ahora prepárate también un poco a sufrir: quiero que seas cada vez más mío y pronto te purificaré. Y es para darte un amor tan grande que ni siquiera te lo puedes imaginar, hijo mío…»