Mensaje del 13 de octubre de 1978
Aniversario de la última aparición de Fátima
La hora de los apóstoles de la Luz.
«Soy vuestra Madre Inmaculada que está junto a cada uno de vosotros, hijos míos predilectos. Mi designio está a punto de cumplirse porque el triunfo de mi Corazón Inmaculado ha llegado ya. Os estoy formando para ser los apóstoles en estos momentos. Sois, por consiguiente, los apóstoles de luz en la hora en que las tinieblas lo cubren todo. Vivid en la Luz. Caminad en la Luz. Difundid la Luz que parte de mi Corazón Inmaculado. Desde hace años os he preparado en el silencio y os he llevado de la mano como Madre Celeste vuestra. Así, mientras mi Adversario oscurecía la Iglesia y cosechaba víctimas entre tantos de sus mismos Pastores, Yo, en lo secreto de mi Corazón, preparaba la nueva Iglesia, toda luminosa. Es la misma Iglesia, pero renovada, donde resplandecerá la gloria de la Santísima Trinidad, y en la que Jesús será adorado por todos, honrado, escuchado y seguido. Así la Iglesia brillará con una luz tan grande como jamás la ha conocido desde las llamas del Cenáculo hasta ahora. Hoy recordáis mi bajada a la tierra en la pobre Cova de Iría, y el milagro del sol que, casi postrado a mis pies, os ha atestiguado que ésta es mi hora, la hora de vuestra Madre vestida de luz. Hoy os anuncio que ésta es también vuestra hora. La hora de vuestro testimonio. La hora de vuestra vida pública. La hora de los apóstoles de Luz. Difundid por doquier con fuerza y valentía la luz de la Verdad, la luz de la Gracia, la luz de la Santidad. Es la luz de mi Hijo Jesús, que os ha iluminado el camino para llegar al Padre en la perfecta docilidad a la acción de su Espíritu de Amor. Dentro de poco nada quedará ya de las grandes tinieblas que han oscurecido la Iglesia. Después de su gran tribulación se hallará finalmente pronta a su renacimiento: la nueva Iglesia de la Luz (…).»