Mensaje del 1 de enero de 1977
Fiesta de la Maternidad divina de María Stma.Primer sábado del mes y del año
Caminad en mi luz.
«Comenzad este nuevo año Conmigo, hijos míos predilectos, en este día en que la Iglesia os invita a contemplar mi Divina Maternidad. Como mi Hijo Jesús se confió totalmente a Mí para encontrar defensa y protección en la Madre, así también vosotros dejaos llevar seguros por vuestra Madre celestial. ¿Cómo será este año? ¿Qué vicisitudes os esperan? Hijos míos predilectos, no os debéis turbar por lo que os espera si os habituáis a vivir cada momento en mi Corazón de Madre. La Humanidad se aleja cada día más de Dios, y los hombres, cada día en mayor número, siguen sin hacer caso de la Ley divina. Por eso, con el nuevo año, las tinieblas se harán cada vez más densas y serán mayores las calamidades y sufrimientos que os esperan. También en mi Iglesia la crisis se hará todavía más profunda, porque cada día será menos acogido mi último llamamiento a la oración, a la conversión, a la penitencia. Es lamentable que muchos Sacerdotes figurarán entre los que no escucharán mi Voz. Los Pastores, por tanto, tendrán cada vez menos luz y la grey se dispersará por los caminos de la inseguridad, de la división, del error y de la apostasía. ¡Volved, Pastores de la Iglesia, a ser como os quiere mi Hijo Jesús! Volved a ser celosos, ardientes sólo para la salvación de las almas; volved a ser los custodios severos de la Verdad del Evangelio. ¡ Volved a seguir a Jesús hasta el Calvario y no os dejéis seducir ni distraer por el mundo, al que a menudo conformáis vuestra vida! Hijos míos predilectos, cuanto más desciendan estas tinieblas sobre el mundo y la Iglesia, tanto más clara será la luz que brotará de mi Corazón Inmaculado para indicaros el camino. Caminad en esta Luz. Entonces estaréis siempre iluminados. En vosotros que me seguís, mi Corazón Inmaculado ya desde hoy tiene su triunfo. El triunfo del Corazón de la Madre se obtiene en el alma y en la vida de sus hijos fieles. El bien es el que triunfa en ellos, al mismo tiempo que el mal se difunde por doquier. Mientras el pecado se filtra por todas partes, en ellos triunfa la gracia y el amor de Dios. Si el error logra seducir cada vez más las mentes, ellos testimonian la única Verdad. Si la división desgarra a la Iglesia, ellos la aman y viven para su unidad; si el Vicario de mi Hijo se ve cada día más solo y abandonado, ellos se estrecharán con más amor en tomo a El para ser su consuelo y su defensa. Sí, hoy, en el mismo momento en que mi Adversario triunfa por todas partes, mi Corazón Inmaculado triunfa también en la vida de todos mis hijos predilectos. No temáis, por eso, aunque empezáis un año que será más difícil y doloroso; cuanto más viereis que la oscuridad lo envuelve todo, tanto más viva se hará la Luz de mi presencia entre vosotros. Por eso os invito a comenzar Conmigo este nuevo año con toda confianza y sin miedo alguno. Mi Hijo Jesús estará siempre con vosotros y con El también estará la que es Madre suya y vuestra.»