Mensaje del 19 Junio de 1993 en Monesterio de Bouveret (Vallesse)
Fiesta del Corazón Inmaculado de María
Mi Obra.
«Con un gran Cenáculo de Sacerdotes y de fieles de mi Movimiento de la Suiza francesa celebráis hoy la memoria litúrgica de mi Corazón Inmaculado. Terminas el viaje que has hecho en toda Suiza, tan insidiada y golpeada por mi Adversario, pero que es tan amada y defendida por vuestra Madre Celestial. Aquí, donde mi Adversario ejercita su gran poder, con el hedonismo, con el permisivismo moral, con la impureza, y oscurece el esplendor de mi Iglesia con la división, con la difusión de los errores que alejan a muchos de la verdadera fe, con la desobediencia y la contestación al Papa, Yo obro de manera fuerte, para difundir por doquier mi gran obra de amor y de salvación. Es mi Obra, que estoy llevando a cabo en todas partes del mundo en estos últimos tiempos. Es mi Obra, que Yo suscito por doquier para el triunfo de mi Corazón Inmaculado. Es mi Obra, que Yo misma estoy haciendo, para recoger de todas partes del mundo, el pequeño resto que permanecerá fiel a Jesús y su Evangelio, al Papa y a la Iglesia a Él unida. Es mi Obra, porque Yo misma la llevo a cabo y la difundo de manera oculta y silenciosa. Contra ella Satanás y todos los espíritus diabólicos no pueden hacer nada. A ellos les está prohibido por el Señor el dañarla. Las potencias del mal, las fuerzas tenebrosas y satánicas, los poderes ocultos de la masonería, nada pueden hacer contra ella, porque es protegida, preservada y defendida por Mí. Es mi Obra, que estoy haciendo, en todas partes del mundo, para vencer a Satanás, en la gran batalla contra todos los espíritus malignos, por que al fin mi Corazón Inmaculado triunfará. Es mi Obra, que Yo llevo a cabo para difundir la verdad, en estos tiempos de gran apostasía; para llevaros a la mayor unidad con el Papa, en estos tiempos de división y de una vasta rebelión; para conduciros por el camino de la Gracia y de la santidad en la difusión general del pecado y de la impureza. Es mi Obra, que Yo hago por medio de mi Movimiento Sacerdotal Mariano. Por esto he elegido a este mi pequeño niño y lo he hecho instrumento de mis mayores maravillas en todas partes del mundo. Satanás ha buscado de muchas maneras destruirla, al suscitar contra ella oposiciones y críticas, persecuciones y obstáculos, insidias disimuladas por parte de falsos videntes y falsos mensajes, que han conseguido seducir a un gran número de mis pobres hijos. Pero Yo he intervenido personalmente, de manera extraordinaria, para impedir que sea dañada, porque Yo estoy celosa de esta mi Obra, con el mismo celo de Dios. Porque es con ella como Yo realizo el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo. Por esto, ahora que la gran prueba ha llegado, debe resplandecer, con una luz cada vez más fuerte, porque han llegado los tiempos en los cuales mi Corazón Inmaculado debe ser glorificado por toda la Iglesia y por toda la humanidad.»