Mensaje del 31 de marzo de 1991 en Rubbio (Italia)
Pascua de Resurrección
Madre de la alegría.
«Participad Conmigo en la alegría de todo el universo, hijos, predilectos. ¡Jesús ha resucitado! Ha pasado la hora tenebrosa de Getsemaní y del Calvario. En tres días se ha cumplido el mayor misterio de la historia: la traición, el juicio, la condena, el Calvario, la agonía, la muerte y el nuevo sepulcro. Todo ha pasado. ¡Jesús ha resucitado! Jesús está vivo entre nosotros. Que vuestra alegría sea grande, junto a Mí que soy la Madre de la alegría. Desde que Jesús se me apareció en el esplendor de su Cuerpo Glorioso, mi Corazón se llenó de una plenitud de alegría tan grande, que ya no la ha abandonqdo más. Que nada turbe la alegría profunda de vuestra existencia humana. Ni el pecado que ha sido cancelado; ni el dolor que ha sido redimido, ni la muerte que ha sido vencida para siempre. Vuestro camino terreno vuelve a recorrer las etapas del mismo camino de Cristo. Todavía estáis en el momento de la purificación y del sufrimiento, de Getsemaní y del Calvario. Pero hoy, abrid las puertas de vuestro corazón a la alegría, Conmigo, que soy la Madre de vuestra Alegría. Cristo resucitado y vivo entre vosotros ordena todos los acontecimientos, para el cumplimiento de su designio divino y predispone todas las cosas para que pronto pueda llegar a vosotros su Reino de gloria.»