Mensaje del 29 de julio de 1975
He aquí la esclava del Señor.
«Mira hijo, el bien para el que la Madre te quiere. Ya te has acostumbrado a hacer Conmigo todas las cosas y sientes cómo en todo momento te conduzco a hacer cuanto deseo de ti. El Corazón de la Madre es el que te lleva; aquí sientes ya cómo cesan todas tus preocupaciones. Sacerdotes míos predilectos: os quiero así totalmente abandonados a Mí. No penséis ya en vosotros mismos; no os preocupéis de nada, dejaos todos llevar por Mí. Tengo necesidad sólo de vuestra confianza, sólo necesito vuestro completo abandono. Satanás sólo teme esto: el ejército de los Sacerdotes consagrados a mi Corazón Inmaculado y completamente abandonados a Mí. Sabe que con ellos, Yo misma he recogido el guante de desafío, que ha osado lanzar de nuevo a mi Hijo y siente ya cercana su derrota. A su renovado gesto de soberbia y de rebeldía, que ha seducido ya a la Humanidad entera, Yo repetiré otra vez por medio de mis pequeños hijos: “He aquí la esclava del Señor: hágase en Mí según tu palabra. ” Y vendrá entonces la derrota definitiva de Satanás y de sus muchos secuaces, con el triunfo, en mi Corazón Inmaculado, de mis pequeños hijos. No me preguntéis cuando sucederá, porque este triunfo lo he iniciado ya.»