Mensaje del 14 de noviembre de 1973
El Demonio los teme y los odia.
«(…) Soy para ti, Madre buena y celosa, vigilante y terrible contra el Maligno que quiere hacerte mal. Mandaré a mis Ángeles, que te custodiarán y te protegerán de todo peligro y de toda insidia que el Maligno te tienda (…). Sepan todos los Sacerdotes de mi Movimiento cuánto los teme y los odia el Demonio, cuánto deberán sufrir por sus insidias. Ahora el Maligno comienza a presentir algo (…)• Y se desencadenará cada vez más; pero Yo estaré con mis Sacerdotes para protegerlos y defenderlos. No les tocará ni siquiera un cabello de la cabeza, porque son mis hijos predilectos y ahora los estoy formando y haciéndolos crecer, los estoy preparando para que sean fuertes e invencibles en la hora de la batalla decisiva. Los amo, los guardo en mi Corazón uno por uno, los protejo, los bendigo.»