Mensaje del 31 de octubre de 1973
De las manos de mi Adversario.
«(…) Por medio de mi Movimiento, arrebataré de las manos de mi Adversario a muchos hijos míos Sacerdotes. Muchos de ellos se encuentran en la oscuridad y en la mayor desolación por haber traicionado a Jesús y al Evangelio. Más les haré ver mi Luz y sentir mi Voz, y volverán a ser mis hijos más queridos. Vendaré Yo misma sus heridas, los curaré y los haré invulnerables a toda otra caída. Soy Madre y los quiero salvar porque son mis hijos. Por tanto, ninguno se sienta perdido, por eso, ninguno desespere. Mi Corazón Inmaculado está preparando este gran retomo de mis hijos más queridos.»