Origen de esta devoción [1]
Nuestro Señor se apareció a Sor María Faustina, religiosa de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de la Madre de Dios (Magdalenas), desde 1931 a 1938, en Plock (Polonia). y le ordenó: «Pinta una imagen que de Mi, según la visión que de Mí tienes, con la inscripción: ¡JESÚS, YO CONFIO EN TI!»
«Los rayos del cuadro representan la Sangre y el agua que brotaron del fondo de Mi Misericordia, cuando Mi Corazón, agonizante, fue abierto por la lanza en la Cruz. Los rayos pálidos simbolizan el Agua, que purifica el alma, y los rayos rojos representan la Sangre, que es la vida del alma. Estos rayos protegen al alma de la Ira de MI Padre. Feliz el que viva bajo su sombra, porque la mano de la justicia de Dios nunca le alcanzará». Palabras de Nuestro Señor a Sor María Faustina.
El Salvador pide que los hombres recurran a Su Misericordia y la invoquen antes que les alcance la justicia. «Escribe-dice el Señor a sor María Faustina-: Antes de que yo venga como Justo Juez, abro de par en par las puertas de Mi Misericordia, pero el que no quiera entrar por las puertas de Mi Misericordia tendrá que pasar por las puertas de Mi Justicia». Muchas veces, durante sus apariciones el Señor dio a conocer a Sor María Faustina los enormes pecados de la Humanidad. Asustada, ella le preguntaba al Señor cómo podía tolerar tan terribles ofensas. El Señor le contestó: «Para castigar, tengo Yo la eternidad; ahora Yo prolongo a los hombres el tiempo de Mi Misericordia; pero ¡ay! de ellos sí no conocen esta gracia… Tú, Mediatriz de Mi Misericordia, tienes la obligación, no solamente de escribirla y predicarla, sino que debes también implorar esta gracia para los hombres, para que glorifiquen Mi Misericordia».
A este respecto, el 27 de febrero de 1948, la Radio Papal del Vaticano anunció en un programa especial, una noticia relativa a Sor María Faustina como «Apóstol de la Misericordia Divina», concluyendo con las palabras: «Cristo exhorta al mundo, que se encuentra al borde del abismo, que la única salvación la encontrará en echarse en los brazos de la Divina Misericordia, que dará a toda la Humanidad felicidad verdadera, orden y paz permanentes».
LAS PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR
Yo prometo al alma que venere esta Imagen de La Misericordia que no perecerá. Yo le prometo ya aquí, en la tierra, la victoria sobre sus enemigos, especialmente en la hora de la muerte. Yo, el Señor, la protegeré como a Mi propia Gloria… Yo doy a la Humanidad un vaso, con el cual deben venir a la Fuente de Mi Misericordia a buscar gracias… Ese vaso es este cuadro, con la inscripción ¡Jesús, yo confío en Ti!. Yo deseo que el primer Domingo después de Pascua Florida se celebre la fiesta de la Misericordia. Cualquiera que se acerque en este día a la fuente de la vida obtendrá remisión completa de culpa y pena. La Humanidad no obtendrá la Paz hasta que venga con confianza a Mi Misericordia». Por ello, para propagar esta devoción, los Obispos de Polonia resolvieron someterla a la Santa Sede, con la petición de fijar para el segundo Domingo de Pascua la fiesta de la Divina Misericordia.
«Di a la Humanidad sufriente que venga a Mi Misericordioso Corazón, y le daré la Paz. Vengo ahora como Rey de la misericordia, antes de venir como Justo Juez, para que no haya ninguno que pueda excusarse en el día del juicio, que poco a poco se va acercando».
«A la almas que propaguen Mi Misericordia, Yo las protegeré por toda su vida como una madre a su hijo, y en la hora de la muerte, para ellos no seré Juez, sino Redentor. En esta última hora, el alma no tiene otra protección que Mi Misericordia. ¡Feliz aquella alma que durante su vida estuvo hundida en Mi Misericordia, pues la justicia no le alcanzará».
«Yo preservaré a las ciudades y casas en las cuales se encontrase esta Imagen». (Nota: Las importantes poblaciones de Cracovia y Vilna, donde estaba establecida esta devoción, fueron preservadas de la destrucción casi total de Polonia en la Segunda guerra mundial.)
«Yo también protegerá a aquellas personas que veneren esta Imagen y tuvieran confianza en Mi Misericordia.
1. Este texto esta tomado de un folleto con el imprimatur de Michael Angelus, Episcopus Sancti Michaelis. (El Salvador).El origen de esta devoción es muy reciente y se debe a Sor María Faustina Kowalska. Elena Kowalska, nació en Glogowice en 1905, cerca de Cracovia, en Polonia. Unas pocas semanas antes de su vigésimo cumpleaños, entro a la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de Misericordia con el nombre María Faustina. A partir de 1931 y hasta 1938, año de su muerte, sor Faustina, tuvo una serie de revelaciones de Jesús la cuales dejó por escrito en un diario compuesto por más de 600 páginas. Durante casi veinte años esta devoción estuvo prohibida, pero desde el 15 de abril de 1978 la Santa Sede dio su autorización a la práctica de la devoción. Fue beatificada el 18 de abril de 1993 por S. S. Juan Pablo II y proclamada santa el 30 de abril de 2000. La fiesta de la misericordia se celebra el domingo siguiente al de Pascua de Resurección. La encíclica sobre la misericordia divina («Dives in misericorida», 30 de septiembre de 1980) subraya como función principal de la Iglesia proclamarla, practicarla y pedirla. El 22 de septiembre de 1981 el Papa Juan Pablo II dijo en el Santuario del Amor Misericordioso, sito en Collevalenza (Italia): «Desde el principio de mi Pontificado he considerado este mensaje como mi cometido especial. La Providencia me lo ha asignado».