Como rezarla
La novena se compone de varias partes que se rezarán en el siguiente orden:
– Oraciones preparatorias para empezar cada día
– Oración del día que corresponda
– Oraciones para concluir cada día
ORACIONES PREPARATORIAS PARA EMPEZAR CADA DÍA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, mi Dios, mi Padre y Redentor: Por ser Vos quien sois, y porque os amo como a Bondad infinita, sobre todas las cosas, me pesa de haberos ofendido, y con vuestra gracia propongo confesarme y huir de las ocasiones de pecar. Por la victoria que en la Cruz alcanzasteis contra el demonio, el pecado y la muerte, os suplico, Señor, me concedáis en esta vida, para gloria vuestra, la victoria sobre todas mis pasiones, a fin de que pueda lograr una santa muerte. Amén.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
ORACIONES PARA CONCLUIR CADA DÍA
Pacientísimo Dios mío: Yo adoro vuestro amantísimo Corazón, en compañía de vuestra santísima Madre y de todos los ángeles y santos, especialmente de los que han sido más devotos de vuestra Pasión; y os suplico me concedáis por los dolores que por mí padecisteis, la gracia que os pido en esta Novena, si ha de ser para gloria vuestra y bien de mi alma.
¡Oh, santísima Madre de Dios! Alcanzadme el amor de vuestro divino Hijo para amarle, imitarle y seguirle en esta vida y gozar de El en el Cielo. Amén.
Hacer aquí la petición que se desea alcanzar con la novena.
DIA PRIMERO
Comenzar con las oraciones preparatorias para todos los días.
Santísimo Cristo de la Victoria: Por la punzante corona de espinas que atormentó vuestra divina cabeza, os suplico me concedáis el perdón de todos mis pecados de pensamiento, y me fortalezcáis con vuestra gracia para que toda mi mente os ame y os glorifique. Amén.
Pedir las gracias que se deseen alcanzar con esta novena. Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría, tres Glorias y la oración final para todos los días.
DIA SEGUNDO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Santísimo Cristo de la Victoria: Por la dolorosísima flagelación que quisisteis padecer en todo vuestro santísimo cuerpo para expiar mis pecados, os suplico me concedáis la gracia de no ofenderos más con mi cuerpo, sino que sepa hacer de él templo vivo del Espíritu Santo. Amén.
Pedir las gracias que se deseen alcanzar con esta novena. Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría, tres Glorias y la oración final para todos los días.
DÍA TERCERO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Santísimo Cristo de la Victoria: Por la profunda y dolorosa llaga de vuestro hombro, marcada con la cruz de mis pecados, os suplico me concedáis la gracia de abrazar con fe y amor la cruz de cada día, para expiar mis propios desvíos y los de toda la humanidad pecadora. Amén.
Pedir las gracias que se deseen alcanzar con esta novena. Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría, tres Glorias y la oración final para todos los días.
DÍA CUARTO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Santísimo Cristo de la Victoria: Por las heridas y abundante sangre que derramasteis por vuestras rodillas, al caer tres veces en el camino del Calvario, os suplico me concedáis la gracia de levantarme siempre de mis caídas y recaídas en el pecado, haciendo una buena confesión y esforzándome en vivir en vuestra gracia y amistad. Amén.
Pedir las gracias que se deseen alcanzar con esta novena. Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría, tres Glorias y la oración final para todos los días.
DÍA QUINTO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Santísimo Cristo de la Victoria: Por la profunda llaga de vuestra mano izquierda y por el acerbo dolor que padecisteis al ser clavada en la Cruz, os suplico me perdonéis todo cuanto os ofendí con mis manos, y me concedáis la gracia de emplearlas en obras de caridad y en hacer todo lo que es bueno y recto ante vuestros ojos. Amén.
Pedir las gracias que se deseen alcanzar con esta novena. Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría, tres Glorias y la oración final para todos los días.
DÍA SEXTO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Santísimo Cristo de la Victoria: Por la dolorosísima llaga de vuestra mano derecha y por el tormento que sufristeis al ser clavada en la Cruz, os suplico me perdonéis todos mis pecados de omisión, todo el bien que dejé de hacer por pereza o respetos humanos, y me concedáis la gracia de hacer todo el bien posible a los demás, para imitaros a Vos. Amén.
Pedir las gracias que se deseen alcanzar con esta novena. Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría, tres Glorias y la oración final para todos los días.
DÍA SÉPTIMO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Santísimo Cristo de ha Victoria: Por las profundas llagas y abundante sangre que manaron vuestros pies divinos, al ser clavados en la Cruz, os suplico me perdonéis todo cuanto os ofendí caminando por caminos de error y de pecado, y me concedáis la gracia de no separarme en adelante del sendero recto de vuestra Santísima Voluntad. Amén.
Pedir las gracias que se deseen alcanzar con esta novena. Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría, tres Glorias y la oración final para todos los días.
DÍA OCTAVO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Santísimo Cristo de la Victoria: Por vuestra dolorosísima agonía en la Cruz y por el desamparo en que os dejó vuestro Padre Celestial en aquella hora suprema, os pido la gracia de una santa muerte, acompañado por Vos y por vuestra Madre santísima y Madre nuestra, mereciendo por vuestros méritos infinitos y por su intercesión maternal, morar para siempre en el Cielo. Amén.
Pedir las gracias que se deseen alcanzar con esta novena. Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría, tres Glorias y la oración final para todos los días.
DÍA NOVENO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Santísimo Cristo de la Victoria: Por la profunda lanzada con que fue atravesado vuestro costado y Sagrado Corazón, después de morir en ha Cruz, y por ha fuente de sangre y agua que brotó de esa bendita llaga, os suplico lavéis mi alma, mi cuerpo, mi vida y todo mi ser, y me revistáis del hombre nuevo, a vuestra imagen y semejanza, para que pueda amaros y serviros fielmente toda mi vida, buscando vuestra mayor gloria y la salvación de mi alma. Amén.
Pedir las gracias que se deseen alcanzar con esta novena. Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría, tres Glorias y la oración final para todos los días.