La imagen de Jesús de Medinaceli
Se desconocen el autor y el origen de esta imagen milagrosa.
Ya en 1614, cuando los españoles conquistaron la fortaleza de Mámora – próxima a Tánger y reducto de piratas berberiscos -, llevaron, entre otras imágenes, la de NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO.
Reconquistada de nuevo la fortaleza por los musulmanes en 1681, éstos trasladaron la imagen de Jesús a Mequinez, en donde, para profanarla, la arrastraron por las calles de la ciudad.
Se dice que, al redimir, por orden de Carlos II, a los cautivos españoles se convino con los musulmanes, para conseguir la efigie de Jesús, en dar tanto oro como fuese el peso de la imagen. a pesar de ser de tamaño natural y de gran peso, el platillo de la balanza descendió de forma repentina y prodigiosa con las primeras monedas depositadas en él.
Ante aquel inesperado prodigio, los musulmanes, enfurecidos, deciden quemar la efigie, pero una peste que, como castigo se propagó por la ciudad, les obligó a desentenderse de la imagen, quedando con ello definitivamente rescatada.
Una vez trasladada a Madrid, el Excmo. Sr. Duque de Medinaceli, primer ministro de la Nación, construyó, para el culto de NUESTRO PADRE JESÚS, una capilla en solares de su propiedad. De aquí la denominación popular de «Jesús de Medinaceli».
Desde 1895 la capilla con la imagen fue entregada a la custodia de los PP. Capuchinos de Madrid. Por motivos de seguridad, durante la guerra civil española la imagen fue trasladada a Ginebra, de donde regresó a su iglesia en Madrid una vez finalizada la contienda.